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Les llibreries de Palma en els 70: Logos i l´Ull de Vidre - Lluita política i cultural en temps de la dictadura franquista

pobler | 30 Agost, 2017 20:10 | facebook.com

Les llibreries de Palma en els 70: Logos i l´Ull de Vidre - Lluita política i cultural en temps de la dictadura franquista -


Miquel López Crespí: a la literatura desde los libros -


Por José Mª Gago González (historiador)


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Reelaboración de la entrevista mantenida con Miquel López Crespí, para el proyecto Libreros y Editores en el Tardofranquismo y la Transición. Palma 12/07/2017. Entrevistador José Mº Gago González.


Miquel López Crespí un pobler nacido en plena posguerra, que desde su juventud estuvo interesado en los libros, algo aparentemente llamativo, ya que su entorno familiar no estaba especialmente relacionado con el mundo del libro y la lectura. Su familia más directa se deselvolvía en un sector laboral muy alejado del libro, pues ésta regentaba un negocio dedicado a la reparación de automóviles. Su inopinada pasión por los libros y la lectura le llevaría, andando el tiempo, a la Literatura (narrativa, teatro, poesía, ensayo…). Esa relación privilegiada con los libros se llevará a cabo, curiosamente a través de la mediación de las librerías, primero, y de ciertos editores y periodistas, después. Las librerías llegarían a constituir parte esencial de su educación sentimental y de su formación literaria. Como él mismo reconoce “ Para mí todo comenzó en las librerías”.

Al comienzo de la década de 1970 y tras el Servicio militar, se incorpora a una experiencia rompedora, la recien inaugurada librería L’Ull de Vidre será su destino; tres amigos se hacen cargo de la librería, con todo el entusiasmo del mundo por la cultura y los libros, y en la creencia de que la cultura puede trasformarlo todo, pero tres personas escasa preparación comercial, lo que motivará su fracaso. Luego, muy pronto, vendrá la experiencia de Logos y la influencia de Domingo Perelló, una experiencia más gratificante y profesionalizada. Esto se compaginaba con la faceta periodística, particularmente referida a Diario de Mallorca. No obstante sus primeras colaboraciones con la prensa databan de 1969, en las páginas del diario Última Hora, siempre, eso sí, orientadas hacia la vertiente cultural. No será hasta los años finales de la década de 1970 cuando se dedique fundamentalmente a escribir, aunque debemos reconocer que desde 1973 ya había publicado algunos libros de narrativa, en una de las nuevas y rompedoras editoriales mallorquinas del momento: Llibres Turmeda. Tarea de escribir que compatibilizará con su activismo político, algo que no será algo baladí en su faceta de escritor e historiador. Su militancia comunista, especialmente crítica con el PCE, lo que era perfectamente explicable tanto teniendo en cuenta la trayectoria de concienciación política de López Crespí, al militar en las filas de la Organizació d’Esquerra Comunista OEC, con origen en el POUM; como por los pactos del PCE con el franquismo en la Transición. Principios y convicciones que mantedrá a lo largo de su vida, y que se reflejarán en su literatura y en su activismo político y cultural. También será influyente en sus diversas actividades, la pertenecia a una familia de represaliados de la dictadura franquista, y claramente identificada con la causa republicana.

En definitiva estamos ante un intelectual en el sentido amplio de la palabra, que se ha proyectado a la sociedad a través de los libros, como librero y como escritor, pero que siempre ha manifestado la necesidad del compromiso político del escritor con la sociedad en la que vive, y contribuir si es necesario a transformarla. Compromiso que le llevó en varias ocasiones a ser detenido por la policía franquista y juzgado por el tenebroso Tribunal de Orden Público.

La entrevista gira en torno a varios temas, en primer lugar sobre las librerías (L’Ull de Vidre y Logos) en las que trabajó como librero durante unos cuantos años de la década de 1970. Y sobre otras librerías palmesanas que conocía como usuario y activista cultural; y que tuvieron una importante significación cultural en la capital mallorquina. También se aborda en la entrevista otros aspectos culturales y sociopolíticos mallorquines y palmesanos de los años sesenta, setenta y ochenta del pasado siglo, como el cine, la música o la edición. En el convencimiento de que en aquellos años del final del franquismo cultura y política para estos intelectuales era la misma cosa.

La primera parte intenta conocer, de primera mano, cuando y como el entrevistado se adentra en el mundo de las librerías. Qué pretende obtener de esa relación privilegiada con los libros y adónde le lleva esa primera experiencia laboral. Durante los primeros compases de la conversación surgen no obstante ya otros temas relacionados con la actividad librera y cultural.

J.M.G. ¿Hábleme de la experiencia de L’Ull de Vidre?

M.L.C. Esto fue después de lo del Servicio Militar, eso fue en el año setenta. Que es cuando se monta L’Ull de Vidre, con Frederic Suau y su mujer Adela Casellas, y empezamos a trabajar ahí. El problema de L’Ull de Vidre fue que a pesar de que era patrocinada por una familia con dinero, y de que era un lugar muy rompedor, en primer lugar por la decoración, que era la más moderna de la Isla, no funcionó por nuestra falta de experiencia comercial.

Como digo la librería era muy moderna y sirvió luego para sala de exposiones. Estuvimos unos años pero no funcion porque no eramos muy expertos. Para un negocio necesitas mente de negociante. Nosotros teníamos veintipocos años, teníamos mucha ilusión y poco espíritu de negociante. Pensámabos más en la librería como un espacio de dinamización cultural; teníamos en mente presentaciones de libros y otras actividades parecidas. Era la época de la Dictadura y teníamos libros de izquierdas, libros catalanes… mucho libros prohibidos. Allí hablabas… y allí también hicimos exposiciones de pintores jóvenes y rupturistas. Pero ese mundo no funcionaba así. Tienes que tener un contable que lleve números… gente eficiente; pero nosotros éramos eficientes en escribir, pero no en negocios, por lo tanto no funcionó.

J.M.G. ¿He leido que también iban por los pueblos vendiendo libros?

M.L.C. Sí, sobre todo en el Día del libro… yo en aquel tiempo tenía un Sinca 1000, e íbamos por los pueblos a vender y era una actividad importante…, pero la librería en plan negocio no funcionó.

J.M.G. ¿Dónde estaba la librería?

M.L.C. En la calle San Sebastián, al lado del Consell, primero está la calle Almudaina y luego San Sebastián Allí estuvo después la famosa sala de exposiciones Els 4 Gats.

J.M.G. Era habitual en el mundo intelectual y cultural, tanto de editores como libreros, eran muy idealistas y poco negociantes.

M.L.C. Claro, pero en aquel tiempo teníamos un problema, que se puede decir, que era la época en la que los que venían a la librería, incluso amigos, robaban, y no te puedes imaginar la violencia de decir a la gente, incluso conocida, mira yo sé como va esto, si tu lo quieres leer yo te lo dejo, pero no te lo lleves sin pagar. Salían muchos libros así, no había los controles de ahora. Encontrabas casos “alucinantes” de los sitemas de camuflaje, pero yo ya me había especializado en verlo…

J.M.G. ¿Cómo estaba organizada L’Ull de Vidre?

M.L.C. Había tres o cuatro mesas modernas de libros, con sus taburetes, que fue la primera vez que en una librería había mesas para leer. Fue muy bonito. Fue el lugar de las primeras presentaciones combativas de libros, como por ejemplo de algunos autores de los que estaban muy perseguidos; antes de la detención de Eliseo Bayo y su compañera Lidia Falcón… Luego los libros en catalán, y darle una proyección a las editoriales catalanas. Era cuando La Obra Cultural Balear estaba en auge con la cultura mallorquina; y para nosotros la defensa de los libros prohibidos por el franquismo, y la defensa de las editoriales marginadas era muy importante… Y todo esto estaba reñido con el “negocio”.

J.M.G. ¿Luego se va a Logos, de qué año estamos hablando cuándo entra a trabajar en la librería Logos?

M.L.C. En el setenta y dos o setenta y tres… Como yo conocía mucho a Domingo (Perelló) y entré a trabajar con él, en Logos, en el pasaje de Antoni Torrandell al lado de la librería Fiol de la calle Oms. Luego en La Rambla estaba el Diario de Mallorca, que era el periódico más importante de aquella época. Y todo empezó, lo de la Literatura, con el Diario de Mallorca. Los resposables de cultura que venían a comprar libros, hablamos… y como allí (Logos) hacíamos tertulias literarias, al final me dijeron, en el Diario de Mallorca, si quería colaborar en las páginas de Cultura, yo dije que encantado y como además me pagaban, pues mejor todavía. Y entoncres empecé a colaborar en las páginas de Cultura. Yo estaba bien, porque trabajaba en la librería y colaboraba en el Diario de Mallorca. Y allí empecé a relacionarme con los escritores mallorquines. Esto fue antes de que yo me dedicara a escribir.

Logos iba bien económicamente, porque Domingo (Perelló) además de las tertulias, además de las discusiones y de las presentaciones, era un hombre que sabía llevar el negocio.

Domingo montó el negocio, primero en un piso… en las galerías, que era malo de ver, y Domingo decía que al principio había llorado por falta de clientes. Luego ya cuando alquiló un local en los bajos, le fue mucho mejor. Y sobre todo el aprovechó, y lo supo llevar muy bien, el tema de los libros de texto de los colegios e institutos. Nosotros (Logos) recibíamos “toneladas” de libros de Inglaterra y Alemania, de gramáticas alemans e inglesas, que distribuíamos a miles en los colegios. Y esto compensaba los libros de novedad, o los libros “revolucionarios” o los libros catalanes. Los compensaba con una venta masiva de libros de texto que era la columna vertebral de Logos. Lo demás ayudaba, pero el negocio hubiera ido débil sin esto. Y Domingo estaba muy especializado en traer desde el extranjero, sobre todo metidos entre los libros de texto, en las sacas de libros de textos, material de editoriales sudamericanas…

J.M.G. ¿De Ruedo Ibérico tambien?

M.L.C. Ruedo Ibérico… de ERA, Losada de Buenos Aires… las de México… y todas las de París. De esos traía mucho, y lo teníamos, para evitar que lo viera la Brigada Político Social, la Social, en un coche grande en la plaza de los patines. En un coche grande… familiar… y había mucho material. Yo me encargaba de llevar a los clientes a mirar; y allí se combinaba el libro político, con la novela americana y los libros eróticos de calidad. Había colecciones iberoamericanas de literatura erótica. Se vendió mucho a Sade, que entonces estaba prohibido… casi toda la obra de Sade, que ami no me gustaba mucho como estaba editado, pero sin embargo se vendía mucho. Y combinábamos todo esto, era un negocio que iba muy bien por todos los campos que abarcaba. Y además si tu pedías un libro por extraño que fuera, y en aquel tiempo sin ordenadores, Domingo te lo encontraba, y a la semana o quince días ya lo tenías. Así que combinaba libros de texto, libros prohibidos, lietartura erótica…, lo que quisieras, y era distribuidor oficial de Alianza editorial. En la parte de abajo teníamos Alianza, Alianza Editorial nos enviaba todo lo que salía en Madrid. Ahí había miles y miles de ejemplares, servíamos a otras libreríasa porque éramos distribuidores.

J.M.G. ¿La distribuidora se llamaba también Logos?

M.L.C. Sí, éramos importadores, distribuidores y vendedores.

Era un negocio que no tenía nada que ver con L’ Ull de Vidre, que era un experimento fantasioso de cuatro jóvnenes, con voluntad rupturista, pero nada más.

J.M.G. ¿En Logos el libro en catalán era menos importante que en L’Ull de Vidre o no?

M.L.C. Yo creo que no, porque aunque en L’Ull de Vidre se promocionaba más, en Logos teníamos todas las novedades en catalán. Es que ¡Logos cumplía muchas funciones! Logos venía a ser una especia de Tous, pero sin ser tan grande, sin tener tantos empleados, y sin estar tan bien situada como Tous, Tous tenía dos plantas que se comunicaban por una gran escalera. Y además la Tous venía de la antigua librería Tous de la plaza de Cort, que venía de 1880 y tenía detrás a toda la familia Tous, con toda la tradición cultural que tenían. Tenía el teatro Lírico, tenían Última Hora… eran una potencia cultural y ecónomica, eso le permitía soportar la gran cantidad de empleados que tenía.

J.M.G. ¿Hableme de otras librerías influyentes en Palma?

M.L.C. El mundo de las librerías activas y fuertes en atividad yo lo situaría entre Tous, Logos, L’Ull de Vidre, a su manera y el tiempo que duró, y Llibres Mallorca, ésta como una institución poderosa, no tanto económicamente, pero Llibres Mallorca tenía una editorial detrás: Moll, pero sí fuerte en el sentido de robusted cultural, aquello que dices… donde encuentro un sitio que lo aglutine todo en Cultura catalana: Llibres Mallorca… A parte de las novedades peninsulares que llegaban, si querías encontrar algo de Mallorca o de Cataluña tenías que ir a Llibres Mallorca, y tenía además un prestigio solidificado, único. Era cierto que en las otras librerías, además de estas, se vendían libros prohibidos… como en la Librería Médica, seguramente en ERESO, en el “infierno de ERESO; no sé si en Jovellanos, había una librería que se llamaba Jovellanos, en la calle Jovellanos de Palma, cerca del Bar Bosch. Pero el núcleo esencial eran Tous, Logos, L’Ull de Vidre, Llibres Mallorca.

J.M.G. ¿Pero la Tous una vez que se va Toni Serra empieza a “flaquear” no?

M.L.C. Sí. Toni (Serra) dinamizó mucho la librería, y le dio un sentido más amplio de las posibilidades que teníamos en Logos, Logos era pequeña, con falta de espacio y las actividades que hacíamos era reducidas, por falta de espacio y no teníamos la infrestructura que tenía Tous, en Tous bajabas al sótano y era como un pequeño cine. Estaba el piano, ponías los altavoces y tenías sillas, como en un cine. Era muy cómodo tanto para exposiciones como para las presentaciones, tenía buenos micros, y estaba en el centro de Palma. La gente salía de Tous e iba al cine, al Moderno… Era el núcleo de Palma, y Toni dinamizó la vida cultural, y además se crearon all,í con Toni, unas Semanas del Libro en Catalán…

J.M.G. ¿Llibres Mallorca tuvo varias ubicaciones?, aunque yo solo conocí la última, la que estaba donde Santa Eulalia.

M.L.C. La inicial estaba junto a la iglesia de Montesión, en una esquina estaba históricamente Llibres Mallorca; que fue creciendo y ampliándose y que siempre tuvo una clientela fija…, y luego por diferentes circunstancias pasó a la zona de Santa Eulalia. Que al final como el resto de Can Moll terminó económicamente mal. Pero eso no quita la importancia histórica y cultural que ha tenido durante más de 40 años. Era la primera en el aspecto cultural, lógicamente teniendo a Moll detrás… era más fácil.

J.M.G. ¿Háblame de un experimento muy centrado en la poesía, la librería Cavall Verd?

M.L.C. Sí, aquello fue interesante, yo conocí a Rafael Jaume, Rafael era amigo de otro amigo mío que era el escultor Miquel Morell, que falleció recientemente en Albacete. Yo creo que empezó en la call Jueu, calle judia… Platerias. Y terminó en una esquina de la Paça d’En Coll. Se fue especializando en libros de poesía en catalán y castellano… al principio era casi nada, un sitio pequeño; y terminó con un fondo editorial muy importante, que podía encontrase desde las últimas novedades de editoriales importantes como Visor… y otras como Alianza Editorial o la editorial Moll, o el último premio de poesía de… Valladolid.

J.M.G. ¿Imagino que la poesía y los libros de Guaret y del propio Damiá Huguet estarían allí, o de Tumeda… Daedalus…?

M.L.C. Claro, todo eso estaba allí… pero lo importante es que llegó a abarcar muchas cosas a nivel poético. Y también hacía pequeñas exposiciones y presentaciones…

J.M.G. ¿Pero sobre todo era un núcleo de concentración de poetas?

M.L.C. Sí, fue una pérdida… Jaume era un hombre que lo había tenido difícil como poeta, bastante incomprendido, con dificultades para publicar, no le fue excesivamente bien como escritor.

J.M.G. ¿Y qué me puede decir de las librerías más modernas como Embat o Jaume de Montzó del año 75/76, tomaron el relevo de aquellas otras “históricas” o no?

M.L.C. Sí, yo creo que sí, Embat toma un poco el relevo de aquellas otras. Yo conozco a Gloria (Forteza-Rey) desde estos años, desde que la abrió.

J.M.G. Pero Gloria no es la fundadora de Embat, ella entra en el 79.

M.L.C. Sí, pero yo siempre la he visto allí, como socia o como propietaria. Al principio tenían pocos libros ahora tiene muchísimo material. Ella es un poco como Domingo Perelló, si le pides un libro te lo encuentra en “el fin del mundo”.

Lo que hay ahora es más profesionalización, ahora aunque se hagan más presentaciones. Pero no es como entonces que con la Cultura pretendías cambiar el mundo. Entonces si decías ¡vendrá a dar una conferencia Josep María Llompart! ¡jo!, o Max Aub… Aranguren… o Miguel Ángel Asturias. Yo recuerdo que en Logos trajimos a Miguel Ángel Asturias ¡un premio nobel de izquierdas!... aquello era lo más; no superaba más la idea de que viniera Miguel Ángel Asturias, que si vedíamos veite libros, veinte libros casi ni pensábamos que lo habíamos leido o que lo habíamos vendido, pero que viniera Miguel Ángel Asturias era un acontecimiento…

J.M.G. ¿Pero las librerías como Tous, Logos o L’Ull de Vidre, eran sobre todo centros de conspiración política contra el franquismo?

M.L.C. Sí, bueno porque qué ibas a hacer si te venían clientes de tu misma cuerda, salía la noticia y comentabas el libro. Decías por ejemplo ¡ha salido una nueva editorial, Akal!, lo comentabas. O al “coche” ha llegado lo último de Ruedo Ibérico El Opus Dei en España o Ediciones Catalanas de París, que nos llegaban…

J.M.G. ¿Ese tipo de librerías tenía como papel servir de centro aglutinante del antifranquismo y de la lucha contra el Régimen, no? ¿Porque si no era allí en donde podía ser, en la Obra Cultural Balear, en La Casa Catalana?

M.L.C. Sí, en la Obra Cultural… hubo reuniones… y en la Casa Catalana hubo la primera manifestación antifranquista de cierto relieve, no tanto por el número como por la intención, porque suponía una primera respuesta al franquismo. Y esto coincidió con los años de las Aulas de Poesía, Teatro y Novela, de Jaume Adrover, a finales de los años sesenta; y hubo detenciones en su momento, allí es donde iban todos los intelectuales como Alfonso… Sastre, o Bergamín…, y la lista es infinita. Yo no diría que el antifranquismo nació en estas librerías…

J.M.G. ¿Pero eran puntos de reunión y de referencia?

M.L.C. Sí, sí, claro, en cuanto a buscar materiales, a asistir a un acto cultural progresista… a encontrar el material literario y político que no encontrabas en las otras librerías. Podía servir un poco de cimiento a la lucha antifranquista, pero solo cimiento; porque en aquel tiempo empezaba a haber grupos políticos clandestinos organizados, sobre todo de los diferentes partidos comunistas, el PSOE no existía, eran los abogados reunidos en sus casa, no exitía, pero si había mucho movimiento entre los comunistas… LCR, MC, ORT… y luego era importante Cristianos por el Socialismo, toda el ala progresista de la Iglesia, salidos del las JOC y de la HOAC… muy ligados a la editorial ZYX (Zero), muy opuestos a lo que era el Estalinismo, porque el PCE había renunciado oficialmente al Estalinismo en el 53 cuando al muerte de Stalin, pero para la gente de izquierdas venía a ser un partido Neoestalinista. Y los Cristianos por el Socialismo estaban más en la línea Anarco-comunista, lo Zero ZYX, el Comunismo Libertario, con aquellos libritos pequeños y luego los grandes para profundizar... ZYX era una editorial que publicaba unos materiales críticos con la historia oficial del PCE.

J.M.G. ¿Las librerías eran centros de sociabilidad y de influencia, pero estaba claro que marcaba muchísimo la personalidad del dueño o del Director Literario?

M.L.C. Si, yo creo que la personalidad de los que están al frente marca mucho, tu pudes ir a comprar libros de novelística sudamericana o marxista a librerías como la Librería Médica, pero ves que el propietario no conoce el mundo literario ni político, como lo podía conocer Domingo Perelló, un hombre que todo el mundo sabía que era de izquierdas, un hombre que sabía alemán, inglés, o que leía a los filósofos alemanes en versión original… un hombre que tenía una formación cultural inmensa. Entonces como vas a comparar a la hora de hacer terulia un personaje con otro. Domingo te aportaba, y este otro hombre te vendía libros… Domingo también tenía don de gentes, la simpatía, a parte del conocimiento cuenta mucho como te sabes ganar a la clientela.

J.M.G. ¿Toni Serra también era otro ejemplo por los contactos que tenía en su época, en Barcelona, no?

M.L.C. Sí… además era hijo de una familia importante, los Serra y eso en Mallorca pesa… hablar de su padre era hablar de un personaje importante, eso también atrae. La librería era de los Tous, se combinaba aquí dos familias importantes de Mallorca los Tous y los Serra, no es cualquier cosa.

Así como Domingo se lo ganó a pulso, otros lo han tenido más fácil, a Tous les veine de décadas… ya todo el mundo sabía quiénes eran, otros lo tenían más difícil. Como Gloria (Forteza Rey) que se ha montado la librería a fuerza de trabajo.


La entrevista girará ahora hacia los aspectos más culturales desde el punto de vista de la sociedad mallorquina, abandonando claramente el ámbito de las librerías, pero no de la Cultura. Junto a los libreros, ciertas personas como J.M.Llompart, que a su faceta de escritor y mentor cultural unía, al menos durante un tiempo, la de Director editorial en Moll, contribuyeron a que López Crespí se decanta hacia la escritura como actividad principal de su vida. Así, pues, la entrevista versa ahora sobre algunas de las editoriales referenciales mallorquinas. Y sobre el ambiente cultural palmesano de los años setenta y ochenta.

J.M.G. Hablemos ahora sobre las editoriales de Mallorca, ¿estaba Moll, que era la editorial de siempre, una editorial que fue evolucionando, y llegó a ser menos pairalista y conservadora que al principio, no?

M.L.C. Moll publicó a los mejores autores catalanes.

J.M.G. ¿Y tenía en su plantilla a Josep María Llompart?

M.L.C. Director literario y un activista cultural de primer orden.

Lugo surgieron editoriales de competencia con Moll, surgió Daedalus… Turmeda, y luego otras pequeñas…

J.M.G. ¿El Drac, Guaret, Font…?

M.L.C. Sí, pero esas ya no eran tan iportantes. Estába sobre todo Daedalus, que publicó libros, libros muy importantes en su momento…

J.M.G. ¿Con Tomeu Barceló?

M.L.C. Efectivamente, y en Daedalus se publicó El Islam en las Islas Baleares, (de 1968) de Roselló Bordoy, o Els mallorquins de Josep Melía, Daedalus además tenía una colección de poesía, que era la mejor del momento: La Sinia. Estaba Turmeda, estaba Daedalus y, estaba Moll… que fue la primera, yo situaría estas tres como editorailes importantes, luego las demás que podamos decir, sí… sí porque estaba Ripoll, pero era otro mundo, hacía cosas curiosas de Mallorca, pero ya no era algo pensado en relación a la reconstrucción de la cultura mallorquina. Pero sobre todo estas tres… Y luego en los pueblos había algunas, como en Manacor, una que dirigía Miquel Angel Riera (Tiá de Sa Real).

J.M.G. ¿Estaba Guaret de Damiá Huguet, en Campos?

M.L.C. Guaret fue importante. Huguet tenía un negocio de cemento y de vigas de hormigón, en aquel tiempo, y con el plus del negocio pudo publicar equis libros, que los pagaba él…

J.M.G. ¿Tenía varias colecciones: Guaret, Garangola, Quaderns Campaners…?

M.L.C. Las colecciones de Damiá Huguet eran financiadas por su negocio.

J.M.G. ¿Dónde se puede encontrar información de editoriales y librerías de Mallorca, además de en las revistas especializadas como Lluc?

M.L.C. En la Enciclopedia de Mallorca encontrarás la editorial Daedalus, o Llibres Mallorca… Y encontrrás información tanto de las personas como de las editoriales… Y puedes complementar.

J.M.G. Lo que yo pretendo es más destacar el papel de libreros y escritores, que la historia de las editoriales o librerías.

M.L.C. Si es esto lo que pretendes y te interesa más lo personal, te diré que para mí tanto en L’Ull de Vidre como en Logos, me sirvieron para entrar en contacto tanto con los escritores mallorquines como con las editoriales. Y todo en mi caso empieza con las librerías. Es decir mi contacto con la Literatura y la profesionalización posterior, vienen a través de Logos y de L’Ull de Vidre. Es el momento en que entro en contacto con el Diario de Mallorca y colaboro en la sección de Cultura durante muchos años. Pero el contacto con los escritores es porque venían a comprar libros. Y eso forma parte de mi formación cultural. Yo tenía unos veite años, cuando vengo de la “Mili”; y entro en contacto con el periódico, editores… y escritores. Y yo ya voy hacia otro mundo, el taller de mi padre quedó para él. Yo gané los primeros premios literarios en los setenta. Y esto cobinado con el trabajo, los premios literarios, con los artículos… esto me permitío una cierta profesionalización.

J.M.G. ¿La importancia de Josep María Llompart, en su decisión de ser escritor, fue fundamental?

M.L.C. Sí, era de la gente que nos animaba, Llompart estaba en la editorial Moll y nosotros le llevábamos los originales, Guillen Frontera, Antonio Vidal, Jaume Pomar, yo…. Yo creo que fue él el que creó lo que se ha llamado la Generación literaria del 70. Que todos tenemos la misma edad. Pero era él el que nos decía esto va bien, pule esto… lee esto. Yo creo que él lo hacía con la intención de que cuantos más escribiéramos, almenos alguno saldría buen escritor…, y además pondíamos poner las bases de una narrativa joven. Que no fuera como la antigua de la escuela mallorquina de curas y terratenientes, que había aquí en el XIX, y entonces es cuando hay un cambo también en la literatura mallorquina; que pasa de una literatura de curas y terratenientes, tipo María Antonia Salvá o Costa i Llovera, a una literatura de pequeños propietarios agrarios, jornaleros o trabajadores, que éramos los de la Generación del 70; incluso una mayoría de hijos de derrotados en la Guerra Civil.

J.M.G. ¿También he leído en su libro Cultura i antifranquisme lo de la Revolución poética de los setenta?

M.L.C. Hubo muchas revoluciones, poéticas, literarias y de pintores… era el Mayo del 68.

J.M.G. ¿Estaba también El Taller Llunatic?

M.L.C. Sí, todo eso era de influencia del Mayo del 68. Aquí hubo también un experimento de la Nueva plástica mallorquina, com mucha gente trabajando…

J.M.G. ¿Y todo eso formaba parte de un todo… los cambios culturales…, la música también?

M.L.C. La Nova Cançó, aquí hemos tenido gente como Mª del Mar Bonet… su hermano, a Gerard Matas, Miquelina Lladó… Y si lo miras todo en conjunto forma un agregado interesante.

J.M.G. ¿Usted hace hincapié en dos o tres temas de Cultura y antifranquismo, como las Aulas de Poesía, Teatro y Novela… El Congreso de Cultura…, hábleme de eso asuntos?

M.L.C. Sí, pero eso es anterior, 66, 68. Casi es lo primero, aunque lo primero es en el 62, la creación de la Obra Cultural Balear, que es lo que empieza a aglutinar a la gente en defensa del catalán, del libro en catalán y la cultura catalana. Y esto ya es un par de años después; y además son mundos diferentes, porque la Obra Cultural se centra exclusivamente en la reivindicación de escritores mallorquines, catalanes, de la cultura catalana. Mientras que las Aulas de Poesía, Teatro y Novela, incluyen a escritores catalanes, pero también trae a otros de la Península. Responde más a un antifranquismo español y catalán. Pero era lo que tenía repercusión en aquel momento… y más cosas en la misma línea, el cine… la fundación en los años 65, 66 de lo que se llamó el Cineclub Universitario, que había cineforum, que venía la Brigada Social, que se hacía los domingos en el Salón Rialto, calle San Feliu, había una película que no podías ver en los cines oficiales, tipo cine francés… La Nouvelle Vague, el Neorrealismo italiano, alguna película rusa, japonesa… que era difícil de ver de otra manera. Aunque he de decir que en esos mismos años el cine “oficial”, a parte de las españoladas de turno, Joselito… Marisol, Paco Martínez Soria, Gracita Morales… a parte de eso aquí en Palma tenías por ejemplo en el (sala de cine) Augusta, tenías cine de Bergman, en el 62, 63; en el Avenida Ciudadano Kane, de Orson Welles, luego cambiaban a Bergman por Espartaco de Kubrick. Luego te ibas al Lírico y echaban Un Verano con Mónica de Bergman, o Buñuel , cosas mejicanas… Visconti, Pasolini, Rossellini, eso era el cine comercial…

J.M.G. ¿Qué nos puede decir del Congreso de Cultura Catalana?

M.L.C. Eso ya fue posterior en 76, con la Democracia. Yo estuve en una de las comisiones del Congreso, pero esto lo llevó más que nada la Obra Cultura, Toni Serra y una escritora que se llama Joana Serra de Gayeta. A veces vemos el protagonismo de las grandes figuras, pero también hay gente que trabaja. Joana era una profesora que trabajó mucho para el Congreso de Cultura Catalana. Aquello tuvo una gran importancia de movilización que terminó en la manifestación por la autonomía del 77, con unas 40.000 personas exigiendo autonomía, que fue en aquel tiempo la manifestación más grande de Mallorca.

J.M.G. ¿Ahora háblame de la Revista Lluc, porque dice usted que tuvo su importancia en el ámbito cultural?

M.L.C. Sí, la Revista Lluc era la portavoz los frailes del Monaterio de Lluc, que a raiz de los cambios habidos con el Vaticano II, y la introducción de ideas modernas en la Iglesia, en aquel tiempo, se produjeron cambios. También hubo “movimiento” en estos frailes y en un determinado momento decidieron abrir la Revista a los nuevos escritores; el problema era que ellos solo querían abrirla hasta un cierto punto, para cotrolarla; yen un determinado momento se vieron bastante desbordados. Entró mucha gente casi toda de izquierdas, y de defensa a ultranza de la cultura catalana… y hubo un choque muy grande, que tuvo lugar hacia el 68, en que volvieron a ocupar el poder provisionalmente los frailes, pero luego esto se vio que la Revista no tenía calidad, y poco a poco se volvió a democratizar y cayó en manos de la Obra Cultural Balear y en particular de un intelectual mallorquin, que trabajó muchísimo que fue Damiá Ferrá Pons, que del PSM pasó al PSOE, del nacionalismo pasó al POSE, y este fue el que mantuvo el control de la Lluc de los años setenta, abierta ya totalmente a todo tipo de innovaciones literarias y sobre todo de arte contemporáneo. Llevando unas campañas intensas contra el arte heredado del franquismo, los paisajes baratos, playitas… bodegones pero no de calidad. Y dando la voz a los jóvenes pintores, y ocupó y ocupa un lugar superimportante en la cultura. Lo que pasa es que todas estas revistas culturales tienen poca venta, como la revista de la Obra Cultural: El Mirall.

J.M.G. Para ir terminando ¿Para quién iban dirigidos los libros de Moll, de Daedalus… de Turmeda, en realidad para un pequeño grupo de intelectuales, no eran editoriales para el gran público, no?

M.L.C. Empezaba en aquel momento a extenderse la base de lectores… Moll funcionó durante muchos años con una lista de suscriptores, unos centenares de suscriptores que le garantizaban los gastos y unas pequeñas ganancias. Siempre se sostuvo así, hasta la época moderna.

Pero aquí cambia mucho todo con el turismo, a partir de la “revolución” turística... Y a partir de las primeras facultades, en Mallorca no había Universidad, pero sí Facultad de Filosofía y Letras. A principios de los setenta ya había unos jóvenes de 17, 18 años, que ya compran materiales, que en poco tiempo se da un paso de suscriptores de clase media conservadores de élite, a toda esta gente joven, la progresía, que empieza a estudiar carrera. Y entonces ya puedes vender libros de Daedalus, de Turmeda. Además todo esto va combinado con una cosa que casi no tenía Moll en aquel tiempo, que son lo medios de comunicación. Ahora los libros salen en la prensa y en la radio, se informa y hay entrevistas…, y hay presentaciones, no es la dinámica de enviar el libro al suscriptor, o que vengan dos curas a comprarte el libro, ahora ya es una dinámica más abierta. Empieza la cultura de masas.

J.M.G. Según Toni Serra gracias a periódicos como Última Hora y Diario de Mallorca se magnificaba todo lo que se hacía en relación al libro y las librerías.

M.L.C. Claro, se magnificaba, sabías de la existencia del libro, e incluso podías ir a la prsentación. Y estaban estos jóvenes que antes no existían, aquí existía antes del Turismo, estaba la emigración a Europa y a América. Y ya ni te digo en el siglo XIX o principios del XX, con un setenta y pico de analfabetismo, ¿quién compraba libros?, casi nadie.

Gracias a personas como Miquel López Crespí podemos conocer mejor la realidad e influencia de los libros, las librerias y los libreros en los cambios políticos, sociales y por supuesto culturales en general en España y en particular en territorios como Mallorca y el ámbito de la lengua catalana.

Entrevistas temáticas como la presente nos desvelan realidades socioculturales de primera magnitud, contadas en primera persona. Estamos, pues, en deuda con testigos y protagonistas de la historia real del Tiempo Presente. Las fuentes orales nos deparan un conocimiento de la historia más vívida, más democrática y cercana que otras formas de comprender el pasado reciente.


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